martes, 15 de enero de 2013

Catalogo digital andrea

Iba y venía. Siempre con libros, flores, discos, con alguna botella de vino. Iba y venía.


Catalogos digitales andrea Cuando llegaba el viernes, sabía que aquellas cuatro paredes se llenarían de compañía. Su gente querida. Iba y venía. Entonces, Lucía recogía los papeles y los diarios tirados, llenaba de agua y de flores los jarrones, sacaba la caja de las velas, encendía el horno y colocaba las sillas alrededor de la mesa. Un goteo iba llenando la sala. Ahora uno y luego la otra, todos iban llegando, ofreciendo vida durante unas horas. Comían, bebían, reían, lloraban. Su gente necesaria, su antídoto, su escape, su patria. Se metía en la piel de los demás, intentando comprender sus porqués y sus quizás. Y los demás jugaban en sus estanterías y en su despensa. Era un intercambio justo: Andrea catalogos por vida, compañía por cultura, cariño por café, risas por música.

De pronto, siempre hacia la misma hora, el desfile se perdía por aquella misma puerta que antes regalaba abrazos, besos y saludos. La mesa vacía, testigo de los restos del último naufragio. La música callaba y la soledad se apoderaba de nuevo de todos los rincones. enlace.

Iba y venía por el largo pasillo. De la sala a la alcoba, de la alcoba a la sala. Miraba la mesa vacía, la cama vacía. Iba y venía de patria a patria. Sin querer detenerse, sin querer hallarse. Entre los platos y las bandejas, buscaba el eco de alguna risa, el resto de algún comentario, las mondas de algún sueño de otro. Cualquier cosa con la que poder acostarse. Algo a lo que poder desvestir a los pies de la cama, algo a lo que poder contarle que su color es el amarillo y su hora es la noche. Catalogo digital andrea.

Cedía al tiempo, al silencio y a la oscuridad y se tumbaba en la cama. Sola, como cada noche. Cerraba los ojos y recorría con las manos su pecho, el interior de sus muslos, la oquedad de su sexo. Y todo parecía en orden, nada explicaba el porqué más allá de su almohada no reposaba un sueño. Entonces, Lucía, se mojaba las yemas de los dedos y se lo inventaba. Catalogo andrea

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